Tu eres tú hogar. Siempre puedes encontrarte en casa, cómo en casa. Sentir la lumbre, el calor, el afecto de la chimenea. El fuego interno nunca se apaga. Pero necesita de tí, de tu alimento, de tu aliento; tu atención y tu intención es todo lo que hace falta para alimentarlo, para alimentarte, para encender su (tú) llama. Soy Vesta. Soy consciente de quién soy, de mi ser, de la vibración de mi conciencia en todo su poder y significado. Muchos no entendieron, muchos son los que me han menospreciado al no comprender el poder y la sabiduría que Soy, que yo encarno. El amor que trae mi presencia, la comprensión, la trascendencia, el sosiego, la quietud, la certeza que integro, que traslado. Y es que aprendisteis a llevar la atención, la energía, a fuera, y no fueron instruidos en los conocimientos del fuego sagrado. En la creación de su sabiduría, el poder en él albergado.
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