"Saludos infinitos, saludos infinitos llenos de Paz, llenos de Amor. Somos los Arcángeles Uriel y Metatron y nos complace hablar hoy contigo, hablarte directamente al corazón. Sí, deseamos conversar contigo sobre un tema específico: "La misión". Mucho se entiende sobre este aspecto, mucho se ha dicho y en ocasiones nos damos cuenta que la información se mezcla, generando más lío y creando en confusión. Y sin embargo la cuestión os interesa, pues sois muchos los que estáis despertando y en conectando con vuestro origen divino, lo sepáis o no. Sí, deseáis conectar con el propósito, deseáis comprender la razón de vuestra encarnación. Amadas y amados, tan profundamente amados por toda la creación. No hay misión más grande que vuestros pasos, no hay limites en vuestro potencial de expresión. Y aquello que buscais, aquello que tan intensamente deseais compartir con el mundo, forma parte de vuestro recorrido, ha latido siempre en vuestro corazón. Y comprendemos que en ocasiones estas palabras no os satisfacen, sabemos que suenan huecas ante el juicio imparable de la razón. Pero aquí reside la importancia de este mensaje que con tanto amor te entregamos hoy: La misión requiere coraje, los propósitos responden a llamados profundos vinculados a la autenticidad de quienes sois. No hay misión sin corazón, porqué tu eres tú misión.
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"La importancia del cuerpo. La importancia del centro. La importancia del corazón. El movimiento, la acción. El ritmo, la respiración. Todo es cuerpo, dónde los elementos conviven en amor, en equilibrio, en simultánea creación. Sois cuerpo, sois vínculos. La importancia del cuerpo, es la importancia de la vida en constante creación, de nuevo, en acción. Tan necesaria para el metabolismo, tan necesaria para su óptima función. Hacéis muchas preguntas, pero os resistís a abriros a sentir las respuestas, a permitir que éstas emerjan de vuestro interior. Porque aún necesitáis entender y abrazar quienes sois: Habita en vosotros una armonía infinita, un infinito potencial y sabiduría, puros códigos de Amor. Tomate un instante y respira. Siente la importancia de escuchar el vehículo, el sacro templo, el lugar dónde habitas te habita al mismo tiempo: construye tu vibración. Y no comprendéis, queridos, hasta que punto es importante esta conexión. "Escucha el río. Escucha el ritmo. Siente la potencia con la que se permite bajar. Él no escoge, él no elige, simplemente se entrega a fluir, se entrega a soltar. El río, el río tiene vida. El río tiene su propio latir, su propio transitar. Tu vida, la vida, es como un río. Ella existe, ES, y simplemente se entrega a su caudal. Se permite caer, correr, fluir o volar. La existencia no es efímera, la existencia pertenece a la eternidad. Y tu debes fluir como el río, simplemente existir, sin necesidad de pensar. Suelta. Suéltalo todo y dejate caer, fluye con tu intensidad, golpea con tu fuerza. Se quien eres sin esconderte de ello, sin sentir culpa ni malestar, deja que brille tu autenticidad. Fluye como el río y nútrete de su fuerza. Transita el tramo que toque transitar. Y a cada momento, en cada tramo, encontrarás el paso que necesitas llevar. |
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