Caen las hojas, se desnudan las ramas. Yacen en el suelo, secas y hermosas, creando mosaicos de colores de amplias gamas. Caen las hojas y cae la lluvia, limpiándolo todo. El viento y el frío la acompañan. La estación de transición ya está aquí y nuestro reloj interno nos pide calma: nos da más pereza salir y alargamos los encuentros con los libros, el sofá y la manta. Es tiempo de "dejar ir", y no solo nos cae el cabello. Una a una, distintas resoluciones internas, antes en letargo, empiezan a ponerse en marcha. Ha llegado el otoño y con él llega a nosotros el arquetipo de la Chamana. Hace unos meses, hablamos de La primavera y la Doncella, uno de los cuatro arquetipos femeninos que transitamos en cada fase menstrual y por supuesto en nuestras vidas. Hoy, os propongo adentrarnos y nutrirnos de la fuerza del arquetipo de la Chamana. El arquetipo de la Chamana se asocia al Oeste, al elemento fuego, a la fase pre-menstrual y el Climatério (la fase previa a la Menopáusia). Este es, sin duda alguna, el arquetipo más poderoso de todo el ciclo y, tristemente, el menos comprendido. “Chamana” es un término que nos remite a la sabiduría y la magia. Es la mujer que ya no necesita mascaras de personalidad por que se ha encontrado a sí misma y ha aceptado su verdad. La mujer que confía y nutre su intuición, que vive en paz con su ser salvaje. La Chamana, como el Otoño, nos invita a ir hacía adentro (la cueva, el caldero...) para conocernos. Ella es quien pone los límites, la que se permite manifestar lo que quiere recibir y lo que está dispuesta a dar respetando su necesidad. Nos lleva a a vivir de una manera más auténtica, desde una determinación honesta para con nuestra libertad.
Los aprendizajes que hace apenas días nos brindó Samhain se asocian a la sabiduría de la Chamana: así como la vida se gesta en la oscuridad del vientre materno, nuestros proyectos, sueños, profundos deseos y "fantasmas" se gestan también en esta época. Ahora y hasta el solsticio de invierno a finales de diciembre, podemos aprovechar el oscurecimiento de la luz exterior para renovar nuestra energía y escuchar con atención esa voz interna que nos habla. ¿Qué necesito? ¿Qué es aquello que me pide el alma? Es el momento idoneo para dedicarnos al auto cuidado, al estudio y a la meditación. La Chamana nos abre a la escucha interna para acrecentar con ella el fuego el de nuestra llama. Es un homenaje a la mujer que vive dentro de todas nosotras: sabia, sagrada, guerrera, ... Sanadora que cura el alma a través de sus conocimientos, dones y experiencias. Mujer que ama.
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