4 - 4 - 4 (2+0+2+0) Me siento a escribir guiada por un impulso, un deseo profundo de hablarte. Quiero invitarte a paladear aquello que mi sentir desea contarte, para que sea tu cuerpo quién te muestre cómo resuenan en el este mensaje... Estamos en un momento de transición salvaje, con todos los maravillosos significados de esta palabra. Desde el momento de nuestro nacimiento nos hemos ido, cómo una planta, podando. Crecemos domesticando día a día lo que es natural en nosotros para encajar, para sentirnos aceptados, reconocidos, vistos, amados... Y así cortamos una ramita, y luego otra, y vamos moldeando, nuestra propia estructura. Renunciando, deformando, castrando nuestra propia naturaleza y forma. Lo hacemos como individuos, y lo hacemos como conjunto. Compitiendo, desconectados, proyectando... la mayoría del tiempo ajenos a la raíz de nuestro comportamiento, a la naturaleza de nuestros actos y las consecuencias que tienen en nosotros y en el mundo... Y aquí nos hallamos. ¿Castigo divino? ¿Intervención que viene a salvarnos? Me sorprende, cómo de nuevo, proyectamos fuera, haciéndonos pequeños, limitados... Cuando todo lo que está sucediendo nos grita desde otros planos "¡Abrir los ojos! Daros cuenta de la urgencia del cambio, del salto de conciencia necesario, porqué el cambio ya está ocurriendo, ya se está dando." Todos, todos, los que aquí nos encontramos formamos parte de este cambio. Cada uno de nosotros una pieza, un azulejo de un inmenso mosaico. Y por supuesto, la energía nos sostiene. Nos sostiene desde lo "alto" y nos sostiene cuando nos propina etéreamente dos guantazos. Para que sintamos, para que escuchemos de una vez aquello que desde dentro gritamos, para que puedan crecer, brotar y florecer todas las ramitas que tiempo atrás podamos. Vivimos un renacer que nos pide tomar el poder negado, reconocer para reconocernos, amar para sanarnos. Llevamos tiempo preparándonos, lo supiéramos o no, porqué todo lo que está ocurriendo nos permite crecer de maneras que ni imaginamos. Ya está ocurriendo, incluso cuando menos lo sospechamos: cuando reconocemos el miedo, la ira, la tristeza... Avanzamos, porqué nos necesitamos despiertos, atentos a lo que ocurre dentro porqué cambiar el "micro" genera cambios en el "macro".
Hoy, ayer, mañana, sentiremos una energía intensa: amorosa y a la vez empoderadora, que revitalizará nuestra intención y fuerza. Conectémonos, nutrámonos pero hagámoslo recordando que todo esto esta al servicio de unir nuestra alma con nuestro lado más humano. Que la vida es sabia y antes de bendecirnos con esta siembra nos ha llevado a arar nuestra tierra interna. iEl portal, el poder, está en nosotros! Cada día crecemos, cada día nos necesitamos.
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