EOSTRE (OSTARA) y el EQUINOCCIO DE PRIMAVERA

Llega el equinoccio de primavera  y con él el eco de nuestras raíces celtas retumbará con más fuerza. Llega el segundo sabbat del año (una de las ocho festividades en el calendario pagano moderno): Eostre es la festividad que marca el cambio de estaciones de la oscuridad del invierno a la luz de la primavera. 

El equinoccio (del latín aequinoctium, que significa "noche igual") es el momento en que tanto el polo norte como el sur se encuentran a la misma distancia del Sol, lo cual resulta muy simbólico y evidencía el misticismo de la señalada ocasión: el equilibrio sostenido, las polaridades que se encuentran.  Pero... ¿de dónde recibe el nombre esta festividad pagana?

Eostre (Ostara en inglés antiguo y de donde procede el actual nombre Easter, Pascua) es el nombre de una antigua diosa germánica de la primavera. Eostre deriva del mote germánico austrō, como también de la raíz indoeuropea aues-, que significa brillar. Como divinidad que trae el comienzo de la primavera, es asociada a la fertilidad, al amanecer y al despertar de las fuerzas germinativas. Es por tanto, una representación de los poderes femeninos generadores y por esta razón era representada a través de ofrendas y símbolos asociados con la luz y el nacimiento (huevos, conejos y dulces). Ostara nos habla de renacimiento, nos invita a maravillarnos con la nueva vida que asoma y nos rodea: plantas, flores, insectos, pájaros, ... Nuestra Alma grita, la energía renovada de este momento la eleva.

Hay un vínculo latente entre Eostre y Eos, la diosa griega del amanecer, que fue la Aurora de los romanos. No por casualidad, muchos relacionan la festividad con la entrada de luz a nuestros días. Sin embargo el significado arraiga más hondo en nosotros. Durante el equinoccio de primavera el Sol sale exactamente por el este y se pone por el oeste, por lo que la duración del día es igual a la de la noche. Por ello, la creencia pagana es que Ostara señala el día donde luz y oscuridad se encuentran como iguales. ¡Celebramos el equilibrio! La naturaleza una vez más nos brinda un ejemplo (a través de la sucesión de sus ciclos) para nuestro aprendizaje: el balance y la armonía para renacer y la oportunidad de impregnarnos de dicho equilibrio honrando esta maravillosa festividad. ¡Feliz Ostara!