Encontrar espacios de compartir y de recogida. Este verano me ha llenado de paz, de momentos ricos en compañía. He aprendido mucho sobre mi y sobre dones que, hace un tiempo, no sabía que tenía. Y con esta energía, enraízada y agradecida escribo. Quedan apenas días, para celebrar Mabon, uno de los ocho sabbats o festividades de la Rueda del Año de origen pagano. Mabon señala el equinoccio de Otoño (23 de Setiembre en el hemisferio Norte este año). Es interesante obserbar, que aún siendo la festividad de antiguo orígen, el nombre es relativamente nuevo y se cree que deriva de "Mabon ap Modron", un personaje de la mitología Galesa (aunque la conexión no acaba de ser del todo clara). Aunque otros señalan que recibe el nombre de la reina celta de las hadas, Mab, elegido para conferir un mayor sentimiento celta a la fecha. Otros nombres por los que se conoce este sabbat son "Tiempo de Cosecha", "El Banquete" y "Día de Acción de Gracias". Esta festividad es y era un ritual celebrado para dar gracias por los frutos que la tierra había concedido y reconocer la necesidad de compartirlos para asegurar las bendiciones de la Diosa y el Dios durante los meses invernales. Mabon representa la cosecha. La promesa hecha en el verano y ahora convertida en realidad: la materialización de la intención. La madre tierra dando a sus hijos los nutrientes y la abundancia, los elementos necesarios para sobrevivir el invierno por venir. Pero al mismo tiempo, simboliza la concepción de la muerte de las plantas convirtiéndose en renacimiento a través del misterio de las semillas.
Este es un mes sagrado: la abundancia y la energía de los meses que nos han precedido aun nos llenan y a su vez, los días más cortos y las lluvias que ya se muestran nos invitan a ir entrando, poco a poco, en la cueva. ¿Qué mejor momento para hacer balance? Para reflexionar acerca de lo que hemos logrado en el último año, honrar el tramo del camino recorrido y ver, desde la presencia, el camino que aún nos queda ¿Qué mejor momento para conectar con el agradecimiento? Esta es la energía que en estos momentos emana la tierra. Te invito a parar, a sentirla y permitirte vibrar con ella. Date cuenta como el ritmo - tú ritmo y el de Madre Tierra- se des-acelera y si lo deseas puedes unirte a la cadencia que ahora ella genera. Puedes honrar esta fecha y a ti mism@, aprovechando la energía que el equinoccio genera. ¿Cómo? ¡Muy sencillo! A tu propia manera: sol@ o en grupo. Bailando, cantando o en silencio. Puedes encender una vela o preparar una ofrenda (manzanas, calabazas, flores, ... lo que tú sientas). Confía en tu sabiduría interna y descubre hasta dónde te lleva. Y agradeciendo la atención que me has brindado te abrazo y me despido. Espero que este post haya resonado contigo, que te anime a honrarte y a agradecer todo lo acontecido. ¡Feliz equinoccio de otoño, Feliz Mabon!
0 Comentarios
Tu comentario se publicará después de su aprobación.
Deja una respuesta. |
Autora,
|