RITUAL de YULE II

Te escribo este post la mañana de Yule, acompasando su energía con mi latir. La noche y su oscuridad me zarandean y el invierno alienta la noche que también me conforma, que vive en mi. Es tiempo de zambullirnos en nuestros océanos, de recorrer la cueva paso a paso y reconocer y abrazar las sombras que habitan ahí. "La luz!" me dijo Freya, y de pronto la comprendí. 
Pero no quiero privarte del recorrido por el que me condujo ella, prefiero que sean sus palabras las que resuenen en ti. Espero que el eco y la vibración que emana de ellas te transporten como me ha ocurrido a mi. Y es que es Freya, Diosa de la belleza y a la vez guerrera, quién nos hace llegar este ritual. A ella, esta diosa tan polifacética, encomendaron los nórdicos y germánicos muerte y fertilidad, amor y riqueza, profecía y magia... Personalmente, no puedo menos que amarla, pues su energía es tan hermosa: dulce y serena, fuerte y arraigada, joven y sabia. Me transmite calma, me llena de confianza, me recuerda que seguimos siendo jóvenes aun cuando somos ancianas...

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LAS VELAS DE YULE:

"Cuando cae la noche caen también los velos, se difuminan las formas y disipan las sombras mientras cobran vida los sueños y los anhelos. Y es que la noche os trae el sueño, os permite fluir en todas vuestras facetas, liberando todo lo que de día os atrapa... La noches de invierno, cómo en ningún otro momento, remueven con mucho amor vuestra alma. Y lo que hoy es una tormenta cómo ya sabéis mañana será un mar en calma... Sí, Ya llegó el solsticio de invierno. Sí, llegó la noche más larga, la noche más larga... y como en ningún otro momento puede ser trascendente escuchar con atención nuestra alma... Cada momento, cada tropiezo, cada instante en el que deseáis cambiar, del pasado os separa. Y es que el ayer dejáis atrás en cada segundo que pasa, vivís (si lo queréis aceptar) siempre hacia delante, siempre avanzando hacía un nuevo momento, un nuevo día, una constante nueva oportunidad: ¿Qué deseáis ser? ¿Qué quieres proyectar? Ésta querid@s míos es la magia sagrada de Yule, esta es su singularidad. Y este es para vosotros, amados profundamente por mi corazón, mi ritual.

Necesitaréis tres velas, tres velas de distinto tamaño vais a necesitar. Y en la noche más larga, solos o en grupo, lo podéis realizar. Es muy importante que escojais bien el lugar. Pues debéis sentiros cómodos para poder reflexionar. Encended la vela más pequeña, encendedla y miradla con atención, sin juzgar. Esta vela es lo que sois ahora, lo que erais al encenderla, lo fuisteis esta la mañana al despertar. Y ahora entended, en que momento estais. Permitiros escuchar vuestra voz interna, vuestras voces internas, las que surgen del cuerpo y que constantemente os quieren hablar. Quizás os sorprenda sentir que os habla una pierna, un pulmón, o este corazón que tiene tanto por enseñar. Escuchadles, estad atentos, todas las voces deben tener su lugar. ¿Y si habla vuestro miedo o vuestra inseguridad? Escuchadles también os ruego, descubramos que nos vienen a enseñar.

Respirad este proceso, respirad para darle a la comprensión un lugar. Sois fuertes, sois hermosos, confiad en vuestra capacidad. Entonces coged la segunda vela, poniendo la intención en encender junto a ella, la comprensión de vuestra divinidad. Esta vela no representa otra cosa que el fuego que arde en vuestro hogar (me muestra el pecho). En esta noche más larga encended la segunda vela con el fuego de la primera y sentid vuestro corazón, vuestra esencia brillar. Regalaros este momento, entregaros a la magnificencia de vuestra verdad: arde en vosotros una llama eterna y esta siempre, siempre, os alumbrará. 

Y con esta conexión vibrando en vosotros, coged la segunda vela y encended la última y más grande, que representa todo aquello que deseáis, de corazón, crear. Puede ser un nuevo comienzo para vosotros, una intención, una nueva faceta en vuestra cotidianidad, un mundo más consciente para todos donde reinen el amor y la libertad. Recordad que todo es posible, toda bella intención será hoy potenciada por la luz que retorna con el ciclo de la tierra y a su debido tiempo florecerá. Igual que late dormida la primavera en el corazón del invierno, germinando en su reposo, hasta que un día nos sorprenden las flores, los nuevos tallos y brotes, y comprendemos lo que ella siempre supo: la semilla fue plantada en el momento justo en el exacto lugar."