¡Muy buenos días! Espero que estés disfrutando de este mes de Diciembre con el que despediremos el año, pero antes de que eso ocurra tendremos la ocasión de celebrar uno de los sabbaths más significativos de la Rueda del Año. ¿Lo conoces? El Yule, o Yuletide (tiempo de Yule), es la festividad pagana que coincide con el solsticio de invierno (21-22 de Diciembre en el hemisferio Norte) por lo que representaba la noche más larga de la Rueda del año pagano (el momento más oscuro, más frío). La festividad del Yule nos recuerda que ¡la rueda nunca deja de girar! En la la noche más larga vuelve a invertirse la polaridad: los días serán cada vez más largos, si queremos abrazar nuestras raíces y este sabbath, es interesante comprender lo que esto significa. Simbólicamente hablando y de acuerdo con la creencia pagana, Yule representa el renacimiento del Dios (Sol / Luz) después de su muerte en Samhain. Esta fiesta (llamada JÚL o JÓL) era tan importante en el calendario nórdico pagano que la celebración duraba hasta doce días y las referencias históricas más antiguas sobre esta palabra las encontramos en los primitivos nombres germanos que designaban los meses; Jéola (antes de Yule) y Aeftera Jéola, (después de Yule). ¿Cómo no iba a ser significativa una festividad que señalaba el retorno de la luz para pueblos que vivían totalmente vinculados a la naturaleza? No es una casualidad que en sus celebraciones el árbol tenga tanta presencia. Los árboles eran fuente de vida (madera = fuego), sustento, medicina y espiritualidad. Se colgaban de las ramas ofrendas de amuletos hechos de trenzas y se quemaba en las casas un gran tronco del año anterior (Yule log). Y es que la tradición de tener un abeto en casa (observemos que es un árbol perenne) y decorarlo en Navidad tiene un origen pagano. El invierno parece parar el tiempo, el frío nos lleva al recogimiento. Yule es una promesa, una celebración muy esperada, en la que toda la comunidad se ve inmersa y que se celebraba de formas muy diversas. La esperanza que trae consigo el retorno de la luz es el retorno de la vida con ella, en todos sus aspectos. Los rituales del solsticio tienen que ver con alimentar esta luz que acaba de nacer. Los romanos, los egipcios y los celtas conmemoraban a las deidades solares por estas fechas. Y no fue hasta el año 320 d.C. que la iglesia católica retomó esta festividad utilizándola para situar el día del nacimiento de Jesús, el mesías (un niño de luz) sin veracidad histórica. Y es que, ¿Qué nos trae la energía del Yule? Recogimiento, Esperanza. Es un momento de paciencia, fe y introspección. Yule es un momento propicio para meditar sobre la oscuridad, ¿qué significa para ti ésta? Es un tiempo de espera que podemos aprovechar para observarnos y descubrirnos, sintiendo la sabiduría de la experiencia previa comenzando a brillar tenuemente. Mirar hacia dentro para comprender, trascender y renacer, como hace la luz en esta fiesta, proyectados hacia nuevos sueños y deseos, nuevas ideas y promesas.
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