Se acerca el 1 de Febrero y la energía de Imbolc desde hace unos días se deja sentir. ¡Que bello, que bello! ¡Qué bien nos sienta a todos este interno resurgir! Imbolc, conocido antiguamente también como Oimelc (leche de oveja) y en la actualidad como la Candelaria, es uno de los 8 sabbaths de La Rueda del Año pagano. El festival de Luz asociado a la Triple Diosa celta Brigantia (Brigid, Brígida). Esta festividad señala la mitad exacta entre el Solsticio de Invierno (Yule) y el Equinoccio de Primavera (Ostara) con lo que no es de extrañar que esta festividad fuera tan celebrada. Imbolc (cuya etimologia remite al parto, "ombligo" o lactancia) decretaba el retorno de la luz y tradicionalmente se asocia a la fertilidad, pero para poder integrarlo bien antes de proseguir, con tu permiso, voy a recular: La Rueda llegó a Samhain (1 de Noviembre) donde entramos en el reino de la oscuridad (la noche, el Invierno se hacía presente ya) en este periodo urge transitar la sombra y ésta se empieza a mostrar. No tiene sentido entonces negar a nuestros "demonios" internos, al contrario, nos comprendemos dándoles un lugar. Y la Rueda sigue avanzando hasta que llegamos a Yúl, momento en el que vemos nacer a la Luz aún dentro de esta oscuridad. La Luz de Yule alumbra nuestro recorrido interno, nos sirve de faro en la noche que estamos transitado y que debemos abrazar. El merecido descanso que la Naturaleza aprovecha para reposar e integrar. Aunque todo parece dormido en el vientre de la tierra la semilla se va nutriendo en esta oscuridad, al igual que todos nosotros, si apreciamos todo el saber que nos puede aportar. Nuestros ancestros vivían tan conectados a la Tierra que podían apreciar todos los cambios a los que los ciclos sucesivos de la naturaleza daban lugar. Así pues honraban a las semillas que empiezan a germinar y celebraban este momento en el que las hembras del ganado empezaban a alumbrar.
Imbolc es una festividad asociada a la feminidad. Brígida, Diosa que reinaba en Tierra, Cielo y Mar por igual, retorna portando un cáliz de fuego (purificación) cómo simbolismo de la fuerza de la Luz que al invierno vencerá. La Diosa resurge mostrándose como una doncella fuerte, bella y poderosa, en relación a la Primavera que el calor de esta luz despertará. El retorno de la Diosa es en sí uno de los acontecimientos más importantes de esta festividad por lo que Febrero ha sido un mes vinculado al femenino sagrado y ancestral, al purificamiento , a la toma de votos (comprendidos durante el recorrido y la sabiduría interna que la noche nos ha permitido lograr). Es el momento idóneo para abrazar nuestra feminidad. No en vano en esta celebración las mujeres tenían el rol principal: Se festejaban las artes poéticas y femeninas, tejían la lana, confeccionaban las cruces de Imbolc, cocinaban diversos manjares y bebidas con la leche como protagonista especial, purificaban las herramientas, los campos y las casas en general. Llenaban de velas las ventanas sus hogares para que la Diosa, al pasar, bendijera los hogares con su amor y fertilidad. Es el momento idóneo para honrar el recorrido y trabajo personal realizado, la transformación que en nosotros ha tenido lugar. Renacemos renovad@s, con una sabiduría y madurez nuevas con las que afrontar los retos y oportunidades que sin duda la vida nos traerá, pues la Rueda del Año sigue girando y girando, y no se detendrá. ¡Feliz Imbolc!
1 Comentario
Laura
24/2/2019 19:25:09
Me encanta esta forma tan completa de entender los procesos y la manera más sabia a la mano para encararlos. Desde donde estoy, mi rueda va justo a la inversa... mas el conocimiento es uno y el mismo! Celebremos!
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